Figura 1
Cuadro: la hija 1 no es buena cuidando a un bebe ni encontrando un buen proveedor; la hija 2 es buena cuidando pero no tan buena conservando un proveedor cerca: la hija tres es buena cuidando niños y encuentra a un buen proveedor (es la que tiene más hijos).
(Hablando de la figura 1) … podría posiblemente tener un hijo y quizás no cuidarlo de la mejor manera porque no es la mejor para el cuidado de niños, entonces sus patrones no se reproducen en las futuras generaciones; y entonces quizás la segunda descendiente (hija 2) está más orientada al emparejamiento y al cuidado de los niños, pero no le presta demasiada atención a con quien se empareja, y termina con un par de niños pero no tiene los recursos suficientes, de modo que ellos no se reproducen muy bien y sus patrones no se transfieren a futuras generaciones; y luego la tercera descendiente (hija 3) quizás está orientada al emparejamiento y al cuidado de los niños y es muy buena seleccionando la pareja, va a obtener muchos recursos, entonces sus patrones comportamentales genéticos van a ser transferidos en el futuro. Esa es la idea básica que subyace a estos procesos de selección natural.
Si nos remontamos a cuáles son las cualidades que hacen efectivamente una diferencia, para una hembra el reproducirse significa, tras nueve meses de embarazo seguido de amamantamiento, tener un descendiente. Durante el tiempo que una hembra pudo producir un hijo, un macho, dependiendo de su nivel de energía, pudo producir teoréticamente 280 o más. Esta diferencia básica tiene ramificaciones realmente grandes para el comportamiento, porque significa… Bueno, primero que nada, que los varones que son más promiscuos son los que se van a reproducir de manera más exitosa. Entonces la promiscuidad masculina y el gusto por el sexo es probable que sea transferido a futuras generaciones. Y nosotros somos descendientes, o los hombres lo son, de aquellos hombres. Nuestros abuelos ancestrales eran aquellos a los que les gustaba mucho el sexo. Y para las mujeres nuestras abuelas ancestrales serían aquellas que fueron muy buenas en el cuidado de los niños. Aquellas que no cuidaron a sus hijos y solo estaban interesadas en el sexo, con ellas probablemente sus descendientes no habrían sobrevivido ni llegado muy lejos. (Figura 2)
Traducción y transcripción de la
conferencia de la antropóloga social
Belinda Brown "How feminism is
undermining processes of reproduction"
Como el feminismo está
socavando procesos de
reproducción social
Belinda Brown
@bbhippopotamus
Traducción: Marcos Cueva
@MarDukTrut
Introducción: Roxana Kreimer
@RoxanaKreimer
Introducción
Roxana Kreimer
Belinda Brown plantea en esta conferencia de Youtube traducida por Marcos Cueva una serie de problemáticas que se derivan del ideal feminista de medir el progreso humano por la participación femenina en el 50% de todas las actividades. La más relevante de todas es la que atañe a la continuidad de la especie humana. Con el ingreso de la mujer al mundo laboral, las tasas de natalidad descienden. Ya hay una mayoría de mujeres en las universidades de Occidente, y por ello el número de hombres con estatus que prefieren las mujeres a la hora de formar pareja se reduce, con lo cual se incrementa el número de hogares monoparentales, que han dado evidencias de ser menos propicios para la crianza de los hijos que aquellos que cuentan con ambos padres. Tenemos nuestras dudas en relación al pesimismo con el que Brown presenta no solo en esta charla sino en otros de sus artículos el futuro de la humanidad bajo el influjo de los ideales feministas, y podemos criticar varios de sus análisis, pero publicamos esta conferencia porque creemos que los problemas que augura constituyen algunos de los mundos posibles de cara al futuro y por tanto es necesario preguntarnos si estamos diseñando una sociedad en la que puedan desarrollarse con plenitud las futuras generaciones.
Brown sugiere que la irrupción de la mujer en el mercado laboral obliga a los hombres a tener peores trabajos y empleos de tiempo parcial, pero no parece haber mucha evidencia de eso. Sugiere que al alentar el sexo casual y otras formas de relación que no adoptan la forma de alguna clase de familia, el feminismo mina las posibilidades de formar pareja y esto reduce la inversión que realizan los padres en la crianza de sus hijos. Tampoco parece haber claras evidencias de este fenómeno.
Un problema atendible que plantea Brown en otro artículo, "The Great Majority of Women Prioritize Children", es que, tal como señala Alison Wolf en "The XX Factor: How Working Women are Creating a New Society", solo del 15 al 20% de las mujeres se benefician con el acceso a las oportunidades de trabajos de élites. Para cuidar a sus hijos recurren a las "abejas trabajadoras" (otras mujeres que las reemplazan en las tareas de cuidado). El resto de las mujeres hacen lo que hicieron siempre, cuidar a los hijos, pero en lugar de ser sus propias jefas, trabajan en empleos de bajo estatus al servicio de otras personas, incrementando el estrés que padecen. Las mujeres que trabajan y pertenecen al 15-20% de más estatus también viven estresadas, trabajan más y tienen menos hijos de los que desean. Diversos estudios muestran que en promedio las mujeres no quieren trabajar durante muchas horas por día, y prefieren los empleos de tiempo parcial porque valoran la familia y el tiempo libre.
Se pregunta Brown qué pasaría en una sociedad en la que muchos menos hombres se convierten en padres (históricamente un 40% de hombres y un 80% de mujeres se reprodujeron), ya que para muchos formar una familia es una fuerte motivación para el trabajo. Con el incremento de los hogares monoparentales el Estado tendría una sobrecarga de subsidios que deberían ser pagados fundamentalmente por hombres, ya que, sostiene, al menos en Gran Bretaña ellos aportan el 71% de los impuestos, y con la reducción de oportunidades laborales, también peligraría la reproducción de la sociedad.
No compartimos la propuesta de Brown de que la única solución para este problema sea que las mujeres vuelvan a poner a sus maridos y a sus familias en el centro de sus vidas y que prioricen sus intereses por sobre otros focalizados fuera del hogar, pero aunque no hagamos nuestras sus soluciones, o al menos algunas de ellas, nos parece importante pensar en los problemas que puede plantear para la reproducción de la especie humana y para la vida de hombres y mujeres en general la nueva distribución de roles en la sociedad.
Como el feminismo está socavando procesos de reproducción social
Belinda Brown
El título de mi charla es “Como el feminismo está socavando procesos de reproducción social”. Es una charla que di para el Instituto para la Salud de la Mujer en la UCL en mayo de 2017. Hubo 3 objetivos principales en la ponencia: en primer lugar, proveer un paradigma alternativo al de la corriente feminista hegemónica; en segundo lugar, mostrar como las funciones de reproducción social están siendo puestas en jaque; tercero, mostrar cómo los procesos de reproducción natural pueden ser útiles para entender el comportamiento sexual humano.
Cuando digo que quiero proveer un paradigma alternativo al del feminismo hegemónico, el aspecto fundamental en el que estoy pensando es el del presupuesto feminista de que las diferencias sexuales son enteramente construcciones sociales. Esto se remonta hasta Simon de Beaviour, que argumenta que no se nace mujer, sino que se llega a convertirse en una. Hay quienes incluso sostienen que las distinciones de género son categorías dicotómicas perpetradas y mantenidas por mecanismos sociales y que son constructos sociales. Este es el paradigma feminista. Y yo quiero argumentar que las diferencias de género son, de hecho, reales. Y que son algo que ha evolucionado desde tiempos ancestrales.
Cuando digo que quiero mostrar cómo la reproducción social está siendo socavada, por reproducción social me refiero a los procesos sociales que conducen a los procesos fisiológicos de la reproducción. Entonces esto sería, por ejemplo: selección de pareja, cortejo, emparejamiento y matrimonio, familia, provisión de recursos, cuidado de niños. Estos son todos procesos que facilitan la reproducción de la especie humana, y quiero mostrar cómo estos procesos están siendo socavados por el feminismo. Y en tercer lugar, quiero mostrar cómo los procesos de selección natural pueden de hecho ser útiles para entender el comportamiento sexual humano.
El argumento feminista vendría a ser que estos patrones son simplemente construcciones sociales. Bueno, no lo son. Porque cuando tienes similaridad cultural, igualdad de género, las diferencias entre hombres y mujeres en efecto se incrementan. Y, similarmente, hay amplia data que muestra que las mujeres son mucho más propensas al cuidado de los niños, y se observa esto de muchas formas diferentes. De hecho, cuando vas a algunas de las sociedades tribales más igualitarias, como las sociedades africanas visa de cazadores-recolectores, donde son vistos como ideales porque tendrían similaridades de género, aún encontrarás que las mujeres cuidan de los niños muchas más horas que los hombres. Probablemente el menor nivel de diferencias se encuentra en países como Estados Unidos, donde el número de horas que padres y madres dedican al cuidado de los hijos se reduce.
Pero aun así es un universal que las madres cuidan de los niños más de lo que los padres lo hacen. Obviamente, seguro que se pueden encontrar excepciones, pero estamos hablando de patrones.
Otra cosa es que debido a que las mujeres son el sexo que más invierte, son más selectivas (Figura 5).
Figura 3: Preguntaron "¿Cuán aceptable es tener sexo? En la condición de la izquierda, se trata de relaciones comprometidas. En la condición de la derecha, de sexo casual. En azul: hombres. En rojo: mujeres
Si nos fijamos en los hombres, hay una buena historia acerca de esto. Nuestro presidente Coolidge y su esposa aparentemente estaban visitando una explotación avícola. Y su esposa notó que un gallo estaba emparejándose con muchas gallinas, entonces ella le preguntó al granjero cuantas veces el gallo se emparejaba por día. Y el granjero le respondió… bueno no sé cuántas veces realmente, digamos 25 … y ella le dijo “¿por favor podría ir y decirle eso al presidente, que este gallo es tan activo…?” Y el granjero se lo dijo al presidente, y el presidente le preguntó “¿Con cuántas gallinas diferentes lo hace el gallo? Y el granjero respondió “Se empareja con muchas gallinas diferentes" A lo que el presidente repondió: "¿Podría decírselo a mi esposa?"
Esta es otra diferencia básica entre machos y hembras en los mamíferos. Por ejemplo, tienes un buey macho y se le presenta una vaca, él se emparejará con esa vaca y luego se detendrá. Si se le presentan muchas vacas nuevas él seguirá emparejándose. Eso es algo que también se ve en seres humanos. Hay muchas investigaciones al respecto. Tienes tamaños de muestra de alrededor de 200.000 individuos de 53 países diferentes que muestran que los hombres tienen un mayor impulso sexual, independientemente de la edad; que son más propensos a buscar relaciones casuales; que quieren más parejas sexuales que las mujeres; y diferencias en el consumo de pornografía y masturbación. Y debería señalarse que estas diferencias de hecho se incrementan en aquellos países con niveles más altos de igualdad de género. (Figura 4)
Figura 2 : a la izquierda, diferencias sexuales en el número de intercambios sexuales ideales a lo largo de la vida. A la derecha: diferencias sexuales en la probabilidad de acceder a una relación sexual. En azul, los hombres, en rojo, las mujeres.
Otra característica es que el sexo que invierte más en la crianza, y en el caso humano es la hembra, también va a ser el sexo más selectivo con su pareja. También encontramos que las mujeres, debido a que son selectivas con su pareja porque necesitan una que sea capaz de brindar apoyo para su proceso de crianza, son en promedio más adversas al sexo casual. Y si observas todos estos patrones pueden verse en varios estudios. Amplias investigaciones que han echado luz sobre todo esto.
Esto es elusivo y complicado, pero voy a simplificarlo. Ellas son mucho más selectivas con sus parejas. Hablando en general, ellas buscarán parejas más comprometidas, que son más atléticas y que tienen más recursos y estatus. Las mujeres prefieren hombres exitosos como pareja porque saben que estos hombres van a proveer recursos para ellas, lo que ayudará a mantener a sus hijos sanos. Y esto sale a la luz en estos patrones hiperbólicos donde las mujeres tienden a casarse con hombres con más estatus y recursos que los que ellas poseen. Y es bastante interesante porque si observas estos procesos femeninos de selección de parejas que tienen estatus y recursos es en definitiva la fuerza que produce el sistema que llamamos patriarcado, al que las feministas se oponen. Si las feministas realmente quisieran deshacerse del patriarcado deberían empezar a elegir hombres que no tienen estatus y recursos. Pero luego sus hijos probablemente no sobrevivirían tan bien.
Hay mucha evidencia que demuestra que esta es la forma en la que las mujeres eligen a sus parejas. Tienes los más grandes estudios sobre las preferencias matrimoniales de mujeres y hombres, incluidas 10.000 personas de 37 culturas diferentes, las mujeres puntúan un buen prospecto financiero más alto de lo que los hombres lo hacen [Transcripción imprecisa; min 9:59 – 10:12]. También, por ejemplo, cuando el estatus de empleo de un hombre declina o su prospecto laboral decae, el divorcio es más probable para él, mientras que para las mujeres casadas el divorcio es mucho menos probable en tales situaciones.
Todos estos procesos resultan en estos altos niveles de competición entre los hombres, porque las mujeres no solo buscan a alguien que pueda proveer los recursos adecuados, ellas buscan a los mejores dentro de su particular pool de emparejamiento. Y si observas los estudios genéticos que miran hacia atrás, aparentemente se estima que alrededor del 40% de los hombres se reprodujo, y el 80% de las mujeres se reprodujeron. Entonces esto significa que habría habido una competencia muy intensa desarrollándose entre los hombres para poder reproducirse. Este es el tipo de cosas que habrían producido esta estructura patriarcal, con los hombres compitiendo entre sí.
También encontramos que debido a que las mujeres son selectivas en relación a la persona con la que se emparejan es que hay una aversión femenina al sexo casual. Y esto no se ha estudiado tanto. Quiero decir, lo podemos ver en datos previos, en el hecho de que no son tan promiscuas como los hombres. Pero hay de hecho evidencia que sugiere que las mujeres encuentran el sexo casual psicológicamente bastante difícil. Está asociado con mayores problemas emocionales, reportan menos disfrute, más culpa, más vergüenza o arrepentimiento y más desilusión. Y… eso es todo.
El verdadero misterio es la razón por la que los seres humanos tenemos altos niveles de inversión parental masculina. En otras especies, por ejemplo, los caballos de mar, las crías no podrían sobrevivir sin la inversión paternal.
Pero, entre los mamíferos hay muy, muy poca inversión paternal. Sin embargo, en los humanos los padres sí invierten en sus hijos. Debido a que esto no es esencial y debido a que los niños pueden sobrevivir sin la inversión paternal, y debido a que los hombres podrían reproducirse y emparejarse con muchas personas, esto es un rompecabezas en el que los evolucionistas están interesados.
Esta es solo una rima que me gusta (hogamus higamus, los hombres son polígamos, higamus hogamos, las mujeres son monógamas).
Hay varios factores que afectan la inversión paternal. Uno de ellos es el ambiente físico. Para ponerlo simple: si tienes condiciones ambientales hospitalarias las madres y sus bebes son más propensos a sobrevivir sin inversión paternal. Si tiene condiciones ambientales hostiles, con falta de recursos, entonces el padre necesita estar ahí para asegurarse de que sus descendientes sobrevivan. Ese sería uno de los mecanismos. Otro mecanismo sería la ratio sexual operacional. Por ejemplo, si hay muchas mujeres disponibles entonces será menos probable que el padre se quede, porque hay tantas oportunidades reproductivas que el coste de la oportunidad de quedarse con una sola pareja sería muy alto. Y luego tienes el ambiente social. En ciertas sociedades tienes poligamia y en otras tienes monogamia, y esto también canalizará el comportamiento masculino. La poligamia es más probable que resulte donde hay abundancia de recursos, de manera que los hombres pueden acaparar los recursos necesarios para dar soporte a varias mujeres. La poligamia a largo plazo no termina funcionando tan bien como la monogamia porque un número de hombres se quedan sin pareja. Las esposas y los hombres polígamos tienden a ser menos fértiles que las parejas monógamas. También hay que destacar que los hijos de relaciones polígamas tienen menos recursos entre ellos, de manera ellos mismos también tienen menos probabilidades de tener hijos. Entonces, a la larga, la monogamia en cierto modo tiende a vencer a la poligamia. Este es otro conjunto de fuerzas que influencian en el comportamiento.
¿Cómo surgió la monogamia? Bueno. Una de las cosas que se ve como algo que ayuda a facilitar la monogamia es el hecho de que las hembras humanas, comparadas por ejemplo con otras primates, no tenemos celo (oestrus). Celo significa que cuando eres fértil lo muestras abiertamente y luego los hombres compiten para emparejarse contigo, y luego se retiran nuevamente. Nosotras escondemos nuestra fertilidad, y de este modo, si un hombre quiere asegurarse de que va a reproducirse tiene que quedarse con su pareja para asegurarse de estar con ella cuando esté en su período fértil. Las hembras además son sexualmente receptivas a lo largo de todo el mes, lo cual es algo que no se encuentra mucho en otras especies animales. También se piensa que el orgasmo facilita esto. Entonces si las hembras de hecho disfrutan el sexo son más propensas a involucrarse actividades que refuerzan vínculos de pareja. Y esto es muy importante a la hora de mantener a los hombres a bordo. En este sentido encuentras por ejemplo que es la calidad de la relación marital la que determina la relación del padre con sus hijos. Cuando los padres son separados de sus esposas, a menudo tienden a ver a sus hijos mucho menos. Entonces, si el progenitor sin custodia es la madre, ella verá a su hijo más frecuentemente que cuando el progenitor sin custodia es el padre. La idea es que lo que parece esfuerzo parental de parte de los hombres es muy a menudo -estamos hablando de las fuerzas subyacentes- un esfuerzo relacionado al emparejamiento, y si sacas esa posibilidad de emparejamiento, la posibilidad de esfuerzo parental tiende a bajar. Lo que parece esfuerzo por emparejarse de parte de las mujeres es de hecho esfuerzo parental y un intento de mantener al hombre en el barco para que invierta.
Otro factor es la protección de la pareja (mate guarding), que es cuando los machos permanecen cerca para asegurarse de que sus crías conserven la vida. El mono tití (Figura 7) es muy interesante porque este es un primate donde el padre hace la mayor parte del trabajo de crianza. Y lo que es destacable del mono tití es que el macho y la hembra están constantemente juntos, se emparejan de por vida. ¿Cómo es qué en el mono tití el padre termina haciendo el trabajo de crianza? Creo que es bastante interesante. Debido a que él obtuvo su pareja de por vida, entonces ella no puede irse y reproducirse con otro. Y yo sospecho que la razón por la cual las especies donde los machos son menos propensos al cuidado de las crías, ellos no hacen la crianza porque de hacerlo correrían el riesgo de perder su recurso reproductivo. Si la hembra hace el trabajo de crianza, incluso si el macho se va y se empareja en otro lado, ella no lo pierde por completo; mientras que si otro preña a la hembra, el hombre se ha quedado sin su recurso reproductivo. Entonces, eso sería el mate guarding (protección de la pareja).
Las personas que investigan estas cosas aún consideran que ninguno de estos mecanismos son suficientes para explicar por qué el macho se queda, y un mecanismo crucial que aparece es la retención femenina del sexo. Debido a que el sexo es más valorado por los hombres, y su acceso depende de la predisposición de la mujer para dárselo, puede verse como un recurso valioso, donde las mujeres actúan como vendedoras y los hombres como compradores.
Y al retener el sexo las mujeres incrementan su valor, lo vuelven un recurso escaso. Esa escasez aumenta el precio que los hombres están dispuestos a pagar por él. Y esto significa que se ejerce una presión de parte de las mujeres sobre otras mujeres para no “vender más barato” que ellas, porque si otras mujeres dan sexo de manera muy barata, esto reduce lo que las mujeres pueden pedirle a cambio a los hombres. En este sentido la monogamia está socialmente reforzada, alienta al hombre a quedarse con la mujer porque es menos probable que él tenga oportunidades para reproducirse en otro lado. Entonces, básicamente si solo vas a obtener sexo si permaneces a su lado y te comprometes con esa mujer, y debido a que todas las mujeres se comportan así, no vas a tener muchas oportunidades de emparejarte con alguien más. Entonces, es esta retención sexual femenina la que parece ser clave para la inversión paternal masculina. Y la idea es que esta inversión paternal ha quedado imbuida, porque la inversión paternal facilita el éxito reproductivo. Y hay mucha evidencia para sugerir que mantener al padre cerca es una estrategia exitosa (Figura 8). Por ejemplo, si hechas un vistazo a la evidencia histórica, donde tienes, por ejemplo, episodios donde la población colapsa por una plaga o algo similar, será la descendencia de aquellos niños que tuvieron padres, quizás económicamente exitosos, los que tendrían mayores probabilidades de sobrevivir. También, donde las madres trabajaron sus hijos tendrían una tasa de mortalidad más alta, porque sería menos probable que hayan sido amamantados apropiadamente. También encuentras que el trabajo que el padre realizaba también tenía un impacto significativo en la tasa de mortalidad. Y también hay abundante evidencia de países en desarrollo que muestra que hay un vínculo entre la presencia del padre y la salud y el éxito reproductivo de los hijos. Mejor dicho, donde el padre muere habría evidencia de mayores tasas de mortalidad de los hijos; y evidencia de que si el padre invierte en el hijo esto también aumenta la habilidad del hijo para adquirir recursos sociales y culturales importantes. Entonces, tener un padre alrededor que tiene recursos facilita el éxito reproductivo de la propia descendencia.
Y luego hay mucha evidencia en las sociedades contemporáneas. No es tan clara en términos de mortalidad, porque de todas formas logramos niveles mucho más bajos de mortalidad infantil. No puedes realmente hacer vínculos entre presencia de padres y mortalidad infantil. Pero puedes encontrar estudios que muestran que un padre presente tiene cuatro veces más impacto en el resultado educacional de sus hijos del que tiene la madre. Y buenos resultados educacionales retrasan la reproducción, lo que significa que cuando te reproduzcas tienes más seguridad y recursos, y por lo tanto puedes invertir más en tus hijos. Hay mucha evidencia de sociedades contemporáneas que sugieren que la presencia del padre efectivamente tiene un efecto positivo. Y hay muchos vínculos entre el estatus matrimonial y la mortalidad infantil.
Para resumir un poco. Tenemos procesos de selección femenina, que refuerzan la monogamia, y la monogamia refuerza la inversión paternal. Ahora bien, la inversión paternal no solo mejora la performance reproductiva de la descendencia, sino que la inversión paternal es de hecho central en relación a lo que nos hace humanos.
Hay dos argumentos diferentes. Antes de que fuéramos homo-sapiens, hace mucho tiempo, había una gran variedad de homos. Había neandertales y otros varios. Y fueron los homo-sapiens los que prevalecieron. Y la teoría es que la razón por la que los homo-sapiens, los seres humanos, nosotros, fuimos exitosos fue porque nosotros demoramos el emparejamiento. Y esto nos dio más tiempo para desarrollar lenguaje y recursos culturales, y nos hizo muchos más competitivos que los demás a nuestro alrededor. Entonces, es esta extensión del período de la infancia, facilitado por la inversión paternal, lo que ha hecho a los seres humanos efectivamente humanos. (Figura 9)
Y hay otra dimensión en esto, y es que aparentemente la hembra humana da a luz tempranamente. Es decir, el bebé humano es más prematuro que el bebé de un chimpancé. Esto permite que nuestras cabezas puedan crecer más de lo que lo harían si diéramos a luz más tarde. Porque si damos a luz más tardíamente tendríamos que tener cabezas más pequeñas o de otro modo nos mataría, porque somos erectos y esto afecta el tamaño del bebe que podemos tener. Es bastante complicado. La inversión paternal posibilita que las madres den a luz bebes prematuros cuyos cerebros se desarrollan para ser más grandes. Entonces, a fin de cuentas, la inversión paternal es también muy importante para contribuir a la humanización de la especie.
Ahora bien. ¿Dónde está el problema?
Bien. El feminismo no presta atención a todos estos diferentes procesos de selección natural. Tiene un conjunto de ideologías diferentes. Lo que yo trataré de demostrar es que en cierto modo esta ideología está socavando muchos de los procesos que facilitan la reproducción social. En primer lugar, pone en jaque el proceso de provisión de recursos, lo cual detallaré, y reduce las oportunidades de formación de vínculos de pareja. También socava la inversión paternal en la vida familiar. Con respecto a los procesos de provisión de recursos lo que está tratando de hacerse es plantear la idea es que las mujeres - estamos tratando de que éste sea el caso - compitan de manera igual con los hombres por recursos. Lo que sucede es que los casos más altos de inequidad de género ocurren en los estratos más altos de la sociedad. Hay muy poca desigualdad de género en los grupos socioeconómicos de niveles más bajos (Figura 10). Cuando digo desigualdad de género estoy hablando de ingresos laborales.
Entre la gente con trabajo de alto estatus hay mucha desigualdad de género en cuanto a ingresos, entre la gente con trabajos de bajo estatus prácticamente no hay desigualdad de género en ingresos. Y en tanto que las mujeres compiten en lo alto de la jerarquía de estatus tiende a haber una presión descendiente en los hombres, y podemos ver esto en la sociedad contemporánea, donde hay incrementos muy significativos en la cantidad de trabajo de media jornada (part time) entre los hombres. Y el trabajo de media jornada en los hombres es peor pago que el trabajo de media jornada de las mujeres (Figuras 11-12). También esta esto de la economía gig que vemos a nuestro alrededor todo el tiempo, los choferes uber, deliveries, todas estas cosas, donde se tienen muy pocos derechos laborales; y también un incremento en el desempleo. Y la razón por la que esto es un problema es porque las mujeres tienen una tendencia a casarse hacia arriba (marrie-up), y en las capas bajas de la sociedad hay hombres sin recursos. Entonces, las mujeres escogen tener hijos por cuenta propia. La provisión de recursos es efectivamente socavada para estas mujeres, porque no tienen parejas disponibles para que les provean. Por lo tanto, ellas optan en cambio por ser dependientes del Estado. Y el Estado está financiado por los hombres, es decir, si no equivoco los impuestos son aportados en un 71% por los hombres. Y creo que hay cosas interesantes para observar, en términos de cómo nos diferenciamos. En los hombres el esfuerzo productivo, el trabajo, está muy estrechamente vinculado a las oportunidades reproductivas que este mismo les da. Para los hombres producción y reproducción están estrechamente vinculadas. Y si removemos las oportunidades para la reproducción, que es lo que pasa cuando no hay nadie con quien pueda hacerlo, también es probable que socavemos sus oportunidades productivas. Y esto se predijo desde los 70´s. Es mucho más probable ver marginalización masculina, y esto asociado a conductas bastante negativas. Este fenómeno está de hecho en marcha. Tenemos un incremento en la población carcelaria y ese tipo de cosas. Entonces, a pesar de que nuestra base impositiva depende efectivamente del aporte masculino, si cortamos este vínculo entre la producción y la reproducción de manera muy fuerte podríamos comprometer esta fuente de recursos.
Ahora bien. Otra cosa que pasa es que a medida que las mujeres entran a la arena laboral a competir con los hombres en los niveles más altos hay cada vez menos hombres disponibles para ellas con los que casarse hacia arriba, ya que existe esta tendencia en las mujeres para buscar a alguien más formado que ella. Entonces hay un creciente problema entre las mujeres de alto estatus a la hora de encontrar compañeros. la Las mujeres de alto estatus no están interesadas en casarse con hombres de bajo estatus.
En este artículo para The Guardian (La brecha de citas: por qué se ordenan de manera negativa las probabilidades de que las mujeres graduadas encuentren a un hombre de afín ) una mujer dice que quiere un compañero que pueda enseñarle cosas.
Las mujeres educadas que rechazan salir con hombres no-educados crean dos problemas. Están limitándose voluntariamente a un pool de citas que tiene 4 mujeres por cada 3 hombres. Pero también dan demasiada ventaja a aquellos hombres graduados de la universidad. Hoy hay ya menos hombres que mujeres en la universidad. De ahí que se dice que hay tres hombres por cada cuatro mujeres en ese ámbito, ya que hay una porción substancialmente menor de hombres yendo a las universidades. Entonces tienes oportunidades de formación de pareja limitadas en el nivel más alto del “mercado de citas”, porque simplemente hay menos hombres allí, y en el nivel más bajo la masa de hombres de hecho no está ganando más que la masa de mujeres, y las mujeres tienen una tendencia a querer casarse con un hombre que está en una posición un poco superior a la suya propia. De modo que también ven comprometida su formación de pareja. Luego hay otras fuerzas varias que de alguna manera funcionarán en contra del compromiso masculino.
Hay otra cosa que es importante aquí, y esto nuevamente no lo predecirías sobre la base del sexo casual. Esto es de un libro llamado “La guía feminista para las mujeres del nuevo milenio”. Toda esta cuestión de la que les hable anteriormente acerca de que las mujeres retienen el sexo y desalientan a otras mujeres a dar sexo de forma muy barata, porque esta es la forma en la que tienen poder sobre las mujeres. El feminismo está muy determinado a deshacerse de todo esto. Y también está muy determinado con la idea de que no deberíamos juzgar a nadie sobre la base de su actividad sexual. Cito: “Para muchas mujeres occidentales tales encuentros, tener sexo con un extraño que nunca volverás a ver, son un lugar tan común que es difícil imaginar que impacto podría tener el concepto para la gente. De hecho, el ascenso de las borracheras va más allá del sexo libre (zipless fuck) – no solo necesitas que otras personas no sepan que tuviste tu cogida anónima, es posible que no necesariamente lo sepas tú misma.”
Quiero decir, este tipo de actitud hacia el comportamiento sexual simplemente es algo reciente. Es bastante inusual en contextos históricos más amplios; no es completamente desconocido, pero inusual. Cito nuevamente: “No debería haber una posición feminista en cuanto a cuál es el numero indicado de personas con las que dormir (…) Una de las cosas con las que deberíamos estar comprometidas como feministas acérrimas es dejar de llamar a otras mujeres putas…”.
Básicamente el feminismo tiene el efecto de alentarnos a dar sexo a un precio muy muy bajo, y esto es, nuevamente, ese tipo de artículos como el que cité en The Guardian, el resultado es simplemente tan claro que si partimos de mirarlo desde una perspectiva evolucionista, es perfectamente predecible. Cito nuevamente del artículo: "Él cree que uno de los impulsores de la llamada cultura del levante (hook-up culture) es la cantidad de hombres que tienen un gran número de mujeres disponibles para elegir. ‘No estoy tratando de ser la policía moral’, dice, y no está diciendo que todos quieran, o deberían estar, buscando el matrimonio o que no hay mujeres que disfrutan del sexo casual tanto como los hombres. ‘Pero sí creo que el desequilibrio les da a los hombres mucho más incentivo para jugar en el campo’.”
Entonces, para ponerlo simple, estamos creando un ambiente donde socavamos las oportunidades de formación de pareja para nosotras. O, mejor dicho, el feminismo está creando un ambiente que mina las oportunidades de formación de pareja. Y, finalmente, tiene el efecto de reducir la inversión paternal. En el nivel más alto tienes mujeres que están preparadas, tienen dificultades para encontrar una pareja, y simplemente deciden ‘bueno, tendré un hijo de todas formas´, y en el estrato más bajo tenemos muchas madres solteras, ellas no disponen de una inversión paternal. Creo que podrías incluso anticipar que encontrarás, potencialmente, mayores niveles de divorcio, porque aún hay disponible un pool de mujeres más jóvenes que tienen dificultades encontrando pareja. Entonces, incluso si la gente efectivamente se casa, hay un pool de mujeres disponibles que yo pienso que podría comprometer los procesos monogámicos, ya que un hombre que se vuelve a casar se desempeña mejor, reproductivamente, que un hombre que conserva su matrimonio monogámico durante toda su vida. Los hombres que vuelven a casarse tendrán más hijos; tienden a casarse con alguien más joven, y tendrán más hijos que alguien que no se vuelve a casar. Entonces, estamos efectivamente socavando procesos de inversión paternal.
¿Que pienso yo? Quiero decir, en términos del futuro hay un amplio ámbito para discutir, pero hay una cosa que yo creo que es interesante y que no es discutida para nada en la teoría evolutiva, y es el apego de los varones por sus hijos, que puede tener un rol muy importante en el futuro. Lo que vemos en la sociedad contemporánea es el hecho de que los hombres que se divorcian y son separados de sus hijos, muy a menudo sufren de depresiones muy severas. Hay sugerencias de que los altos niveles de suicidio masculino están de hecho vinculados a esto. Y esta no es una predicción de la teoría evolutiva. Y lo que yo pienso que ha pasado es básicamente que a través de los eones en los que hemos estado evolucionando, son los hombres que están muy apegados a sus hijos los que han estado invirtiendo en ellos. Entonces, esto no es simplemente cuestión de los mecanismos sociales de los que he estado hablando. Es este apego paternal el que ha mantenido a flote la monogamia y la inversión paternal. Y creo que este podría ser un mecanismo muy útil en el futuro, y es algo que deberíamos fomentar.