Entrevista de Hernán Firpo
para el Diario Clarín del
domingo 14-04-2018
Roxana Kreimer:
"El feminismo es
intolerante y
autoritario"
Dedicada al "Feminismo Científico"
chequea datos y discrepa fuertemente
con algunas referentes del movimiento.
-Sos doctora en Ciencias Sociales y promotora del “Feminismo Científico”. ¿Qué es?
-Un movimiento que busca conocer las diferencias de hombres y mujeres en base a la evidencia científica para hacer buenos diagnósticos y encontrar soluciones a los problemas de género. El feminismo hegemónico yerra en buena parte de sus análisis porque ignora que no nacemos como páginas en blanco, sino con predisposiciones psicológicas innatas que son lo suficientemente poderosas como para impulsar motivaciones e intereses distintos en hombres y mujeres. Siempre hablamos de promedios y nadie niega que la cultura influya, pero el feminismo solo concibe la igualdad de derechos a partir de la mimetización de la mujer con el varón. Si muchas eligen centrarse en la familia, ganar menos y tener más tiempo o no ser jefas, las ven como víctimas del patriarcado.
-Te presentás más bien reactiva al feminismo. Incluso te encargás de “chequear” sus datos. ¿Es un movimiento poco confiable?
-Comparto con la agenda del feminismo hegemónico la despenalización del aborto, la necesidad de retribuir de alguna forma el trabajo reproductivo y ampliar las licencias por la llegada de un hijo a 52 semanas repartidas entre hombre y mujer. No me sumo al victimismo que fomenta un modelo de mujer vulnerable que no puede valerse por sí misma, ni a la idea de que la exhibición de la belleza cosifica ni que vivimos en un patriarcado. Hay problemas de sexismo puntual padecido por mujeres y hombres, algo que el feminismo corporativo no acepta porque juzga que todo reclamo del varón lesiona sus derechos.
-¿El feminismo tiene voluntad de diálogo?
-Muchas feministas interrumpen charlas y proyecciones de películas con las que no simpatizan y bloquean en las redes ante la menor discrepancia. Divulgan datos que no cuentan con evidencia, como la brecha salarial o que el 70% de las mujeres son pobres. Nos encargamos de chequear esa información en la página www.feminismocientifico.com.ar y en nuestras cuentas de Twitter @feminisciencia y de Facebook “Feminismo Científico”.
-¿Hay un feminismo que se ocupa de los femicidios, y otro que se muestra más político?
-No me parece un problema que el feminismo tenga una agenda política. Lo objetable es el clima intolerante y autoritario que también es patrimonio del movimiento. Me considero una persona de izquierda, pero hoy la derecha moderada del feminismo disidente tiene una actitud más abierta al diálogo y se aggiornó más con la literatura científica de género.
-¿Existe feminismo de derecha y de izquierda?
-A nivel internacional y en la Argentina predomina uno de izquierda que cuestiona radicalmente al capitalismo.
-¿Hay algún tipo de relación entre intelectuales y feminismo?
- Sólo por plantear respetuosamente una perspectiva diversa en las redes sociales me acusaron de ser un “varón encubierto”. Fue el caso de la periodista Luciana Peker, que por discrepar me bloqueó en Twitter. Decidí crear el espacio de Feminismo Científico en el momento en que Diana Maffía, una querida profesora de la Facultad de Filosofía, directora del Observatorio de Género en la Justicia del Consejo de la Magistratura de la Ciudad, dejó de responder mis mails cuando le pregunté su opinión sobre el video noruego “La paradoja de la igualdad. Lavado de cerebro”. La directora del suplemento femenino de Página 12, Martha Dillon, dijo que no leería mi artículo “Nadie menos” porque no le gustaba el título. El caso extremo fue Mercedes D´Alessandro, fundadora del sitio Economía Feminista, que en lugar de argumentar me difamó públicamente en Twitter, por lo cual le inicié una demanda legal. Mi trato fue siempre respetuoso, pero el feminismo es intolerante y autoritario. Y ningún movimiento se enriquece sin diálogo y sin abrirse a nuevas ideas.
-Respondés con nombres propios de periodistas. ¿Las consideras intelectuales?
-En sentido amplio, como Gramsci las hubiera considerado, son intelectuales. Pero en la academia el panorama es igualmente desalentador: una investigación sueca de Therese Söderlund mostró que los “estudios de género” son los mejor financiados, pero también los más sesgados y menos objetivos de todas las disciplinas dentro de las humanidades. Se citan entre ellas e ignoran o distorsionan los avances científicos porque juzgan que no encajan con su modelo ideal de mujer.
-¿A este ritmo será necesario un “Movimiento por los Derechos del Varón”?
-El masculinismo lleva décadas de existencia. Si al feminismo le importara la igualdad, estaría tan preocupado por la baja representación de los varones en las carreras humanísticas como por la baja representación de las mujeres en las carreras técnicas. O se preocuparía porque cada vez más varones abandonan la educación formal o se suicidan, o porque mueren en promedio ocho años antes.
-El “Ni una menos” empezó siendo un movimiento de comunicadoras en las redes sociales. ¿Pese al desprestigio de la grieta, el periodismo sigue siendo importante?
-Desde ya, pero es una excepción que se arriesguen a publicar ideas que no suenen políticamente correctas. El feminismo está de moda y el 99% de la prensa está dominada por una sola visión del feminismo. Por suerte existen las redes sociales.
-¿Cuál sería esa visión del periodismo?
-La que ve a la mujer como víctima de la opresión del patriarcado, sin corroborar si en efecto es así. Hasta Jorge Rial invita a feministas diariamente y todas piensan parecido.
-Al buscar la igualdad, ¿sería lógico pensar que la mujer vaya a la guerra?
-El filósofo David Benatar sostiene que si bien la mujer es en promedio físicamente más débil que el varón, por un lado las guerras ya no se libran cuerpo a cuerpo, y por el otro, así como hay mujeres más altas que muchos varones, también las hay más fuertes y deberían participar de la guerra tanto como ellos. Hemos padecido guerras injustas libradas por varones, pero también hemos sido liberados de dictadores como Hitler gracias al sacrificio de hombres que han marchado a la guerra.
-¿En el mercado laboral la mujer debería renunciar a ciertas ventajas que le da el sistema?
-Debería dejar de jubilarse antes que el varón, considerando que muere, en promedio, ocho años después, y debería haber fallos menos sesgados en los juicios de tenencia.
-Una encuesta que está circulando indica que todas las mujeres padecieron acoso al menos una vez en su vida. ¿Lo chequeaste?
-El “Indice Nacional de Violencia Machista”, publicado por el colectivo “Ni una menos”, concluyó que casi el 100% de las mujeres han padecido acoso. Un escrutinio más pormenorizado de los datos permite ver que dentro de “violencia machista” incluyen categorías como “la autoestima baja por ser mujer”. El relevamiento no incluyó preguntas formuladas a los hombres como para disponer de un marco de comparación. Una encuesta realizada con 6.251 adultos después del #Metoo reveló que cada dos acosos sexuales declarados por una mujer, hay uno declarado por un hombre.
-¿Decís que los hombres sufren casi tantos acosos sexuales como la mujer?
-Ellas sufren más acoso sexual. Pero el 21% de mujeres y el 9% de varones entre 18 y 19 años padecieron acoso sexual online, según una encuesta Pew Research del 2017. Y ellos sufren más el acoso no sexual en internet. Es decir, agresión reiterada o amenazas de violencia física. Cualquier estudio riguroso de los datos muestra que a las mujeres no nos va peor en todo, y que un verdadero movimiento por la igualdad debe considerar también los problemas específicos de los varones.